Raphael Alexandre Lustchevsky
En estas
últimas semanas diversos inconvenientes técnicos
hicieron que este portal no estuviera on-line (en
línea). Sin embargo a pesar de la paralización de
Klassicaa.com la vida musical montevideana fue
activa, iniciándose en este lapso las temporadas de
nuestras principales orquestas, el Ciclo Principal del
Mozarteum y el Festival Internacional de Órgano del
Uruguay que llega este año a su vigésima
edición. He decidido reunir en una misma nota
varios comentarios sobre los conciertos celebrados
durante este tiempo, dejando otros para entregas
posteriores. CONCURSO
EN HONOR DE MARÍA BORGES (23 de abril de 2006. Teatro
Solís) El divismo de María
Borges ha sido fantásticamente descrito por
Miguel Patrón Marchand . En el Nº 1 de Klassicaa Mag aparecido el
pasado año, el director de orquesta y periodista le
dedica un precioso artículo en el que confluye una
mirada cariñosa con un lúcido análisis de su canto.
Transcribo un breve fragmento que resume de alguna
manera la personalidad singular de María . “El
protagonismo de María Borges fue decidido por
el público. Las críticas elogiosas ayudaron mucho, pero
estoy seguro de que aún en el caso de una prensa
adversa (expositora quizá de sus defectos) habría
salido adelante al haber gozado de un apoyo de las
audiencias como jamás se vio en el Uruguay
lírico de todos los tiempos. Por eso creo que al
tratarse de un país felizmente memorioso, María
tendrá siempre un lugar de privilegio entre lo mejor que
ha dado la lírica vernácula" . Aunque no estoy
tan convencido como Patrón de que el nuestro sea
un país memorioso, creo sí que la Borges tiene un
lugar preponderante en nuestra historia lírica y por esa
misma razón, que un concurso de canto lleve su nombre es
muy buena idea. La primera edición del mismo convocó
jóvenes cantantes del cono sur latinoamericano y un
jurado en el que se destacan tres personalidades del
canto desde distintos enfoques: la soprano argentina
Adelaida Negri , el tenor y productor brasileño
Paulo Esper y el compositor y pianista uruguayo
Eduardo Gilardoni ; además de Elvira
Barrios y Fernando Condon , que completaron el
tribunal. A nivel de concursantes la oferta fue pobre no
habiendo a mi juicio –compartible o no, desde luego-
ningún participante apto para un primer premio y me
animaría a decir que si lo había era acaso sólo para un
tercero. Sin embargo el jurado entendió otra cosa y se
repartieron premios a diestra y siniestra. Un concurso
que aspira a la internacionalidad, pienso, se tiene que
regir por otros criterios. La Gala de Ganadores
realizada en el Solís el 23 de abril dejó en
claro la pobreza de escuela, el desenfoque estilístico y
la falta de referencias que tienen la mayoría de
nuestros jóvenes cantantes. No comentaré al detalle cada
una de las actuaciones por razones de espacio. Diré
solamente que, para mí, lo más interesante fue la
actuación de la soprano uruguaya Marianne
Cardozo . Sin duda aún falta un desarrollo más pleno
de sus facultades vocales y la elección del repertorio
interpretado pudo ser apresurada “Giovanna
D’Arco” de Verdi y el aria de
Julieta en “I Capuletti e i
Montecchi” de Bellini ), pero hay en ella
instinto de cantante, fraseo realizado a conciencia y
una sensibilidad exquisita. Las otras
actuaciones destacables son las del barítono brasileño
Ataulfo Meireles (que cantó mejor en su primera
prueba) y la también brasileña Carla Domingues ,
soprano coloratura poseedora de una bella
voz.CANTO GENERAL PARA
INAUGURAR LA TEMPORADA DE LA OSSODRE
(26 de abril de 2006. Teatro
Solís) La Orquesta Sinfónica del
SODRE vivió este año una tardía pero estupenda
temporada de verano. Con solistas de la talla de
Álvaro Pierri o Esteban Falconi y con
batutas como la de Rauss , el cuerpo sinfónico
nacional ya había iniciado bien al año. Llegó el turno
de abrir la temporada principal que este año tiene lugar
en el Teatro Solís de forma alternada con la
municipal, como se hiciera en décadas pasadas. Para la
velada de apertura las autoridades pensaron en un gran
proyecto y aunque el esfuerzo fue mucho (y no se si
valió la pena) la empresa llegó a buen fin. Montar la
obra de un compositor actual es siempre interesante, más
aún si como en este caso se trata de un creador de fama
internacional como Mikis Theodorakis y de una
obra que nos toca tan cercanamente como el “Canto
General” del poeta chileno y premio
Nobel , Pablo Neruda . Para la
ocasión, que era el estreno uruguayo de la obra y el
sudamericano de la versión con orquesta sinfónica, se
convocó a un estupendo director de orquesta griego, el
maestro Elías Voudouris y a dos solistas
uruguayos: la soprano Graciela Zographos y el
bajo barítono Gustavo Balbela . Naturalmente con
los cuerpos estables, Coro y Orquesta, del
Instituto. La obra me pareció poco interesante,
de características marciales y de ese tipo de
composiciones que buscan en todo momento el gran
impacto, la conmoción general y la adhesión
incondicional. El texto de ese gigante latinoamericano
que es Neruda queda grande a la versión musical,
que no le hace justicia ni en climas ni en profundidad.
Zographos , una cantante que ha luchado en el
magro panorama lírico nacional y que llegó a cantar con
dignidad algunas de las heroínas italianas ha cometido
un gran error (tanto o más que su Turandot
de hace algunos años) al cantar una partitura que
decididamente ha sido escrita para una tesitura vocal
grave que no es la de ella y pienso que tampoco para una
voz de impostación académica. Tal vez una voz más
adecuada hubiera sido la de Cristina Fernández ,
cantante popular que ha dado prueba de seriedad
artística y buena factura en lo suyo. A Balbela
se le escuchó en cuanto a volumen pero le faltó
consubstanciación con el texto, ironía en el decir,
sordidez y compromiso con la poesía. En algunos momentos
hasta respiró en medio de algunas palabras. Los grandes
triunfadores de la velada fueron el director, la
orquesta y el coro.Voudouris es claro y
preciso. Tuvo un rol importante en una obra que exige
concertación y concentración. Sería deseable escucharlo
en otro repertorio. La orquesta rindió muy bien,
destacándose algunos pasajes solistas. En la primera
parte, en la Suite de ballet “Los amantes de
Teruel” –del mismo compositor- la violonchelista
Virginia Aldado cumplió una tarea descollante y
consagratoria en su nuevo rol de primer atril. En esta
obra también Daniel Lasca ocupando la silla del
concertino fue sobresaliente y los vientos pudieron
lucirse en buena medida. El Coro tuvo buen desempeño
aunque la amplificación fue despareja y desbalanceada.
Esta es una obra donde la masa coral cumple un rol de
preponderancia. El SODRE merece un
aplauso por el emprendimiento. Más allá de lo logros
parciales de la composición lo válido es la intención de
abrir una temporada interpretando obras de un compositor
que está vivo y sigue escribiendo. De alguna manera nos
saca de la modorra a la que los programas habituales de
conciertos nos tienen habituados. EL ROMANTICISMO
IBERICO (29 de
abril de 2006. CCE) Ya se han
transformado en una tradición los conciertos del
Centro Cultural de España el último sábado de
cada mes. Esta es la tercera temporada del ciclo y la
propuesta cada año cobra interesantes dimensiones. El
primer año estuvo dedicado a los compositores
iberoamericanos del siglo XX; el segundo al barroco
iberoamericano y durante el presente el hilo conductor
será el romanticismo. Comenzó el pasado mes con un
recital de la soprano María Eugenia Antúnez y el
pianista Eduardo Gilardoni . En aquella
oportunidad, cantante y pianista recorrieron
magistralmente el temprano romanticismo iberoamericano,
un repertorio musicalmente más cercano a lo popular que
a lo erudito y que fue recreado con la solvencia
necesaria siendo ilustrado con los simpáticos e
interesantes comentarios de Gilardoni . El
segundo concierto del ciclo y tuvo como protagonistas a
la soprano Isabel Barrios y al guitarrista
Gustavo Reyna . Fue una cita con el mejor arte
interpretativo de la soprano y el descubrimiento de un
guitarrista de valía.Fernando Sor tiene
un amplio catálogo de canciones para voz femenina y
acompañamiento de guitarra. En todas, se ve el espíritu
galante, entre clásico y romántico que son propias de la
época. Todas fueron expuestas con sensato encanto y
refinado fraseo. Mención aparte merecen las
canciones de carácter más popular, donde la soprano
sedujo al público con todo su gracejo español, llegando
a un punto alto en “Así son todos” de
Tomás Damas . Por su parte, el joven
Reyna alumno de Cristina Zárate –esa
notable guitarrista hoy retirada- y que actualmente se
perfecciona con el internacionalmente reconocido
Eduardo Fernández , demostró que si bien aún tiene
mucho para depurar y perfeccionar técnicamente, es un
músico de profundidad y con una capacidad cautivante de
hacer música.VELADA
MEXICANA PARA ABRIR EL CICLO PRINCIPAL DEL
MOZARTEUM (2 de
mayo de 2006. Teatro Solís) La
Fundación Mozarteum del Uruguay tiene este año
renovado ímpetu. Además del Festival Mozart que
era lógico que la institución realizara, ha programado
una serie de conciertos en el Solís (la
Principal) y otra en la Sala Zitarrosa . El 2 de
mayo, con un programa barroco a cargo del Conjunto
mexicano La Fontegara , el Mozarteum
inauguró el ciclo del Solis . La propuesta
fue interesante y contó en el escenario especialistas
del género. La Sala estaba poblada parcialmente y
posiblemente lo más objetable sea que un repertorio de
estas características exige un ámbito más recogido. Sin
embargo, fue un concierto por demás
disfrutable. Obras de Georg Philipp
Teleman , Carl Philipp Emanuel Bach , así como
otras del barroco novohispánico fueron servidas por este
conjunto mexicano con fidelidad de espíritu, adecuada
sonoridad e impecable técnica. Descolló por su pulcritud
y encendido fuego interpretativo el guitarrista Eloy
Cruz , quien recreó magistralmente en forma solitaria
obras atribuidas a Santiago de Murcia , recogidas
en el Códice Saldívar 4 de la Biblioteca Musical
Saldívar Osorio de México .IMPECABLE INAUGURACIÓN PARA CELEBRAR
20 AÑOS (7 de mayo
de 2006. Iglesia de Punta
Carretas) Sin duda el Festival
Internacional de Órgano del Uruguay es uno de los
emprendimientos culturales más concienzudos y estimables
de este país. García Banegas es una música
instintiva que ha buscado desarrollarse en un amplio
margen de actividades pero para nadie es novedad, que es
en el órgano donde ella encuentra su verdadera dimensión
artística. Ella es la fundadora y directora del Festival
y a quien –junto a un grupo de personas que trabajan
denodadamente bajo su sombra- se debe este
emprendimiento. La edición del presente año será
en homenaje a Renée Bonnet de Pietrafesa una
importante personalidad musical del siglo pasado
montevideano. El primer concierto de esta vigésima
edición tuvo como protagonistas a tres organistas
uruguayas: Lourdes Repetto , Renée
Pietrafesa y Cristina García Banegas , quienes
en la Iglesia de Punta Carretas –con un templo
desbordante de público y los bancos acertadamente
acomodados mirando hacia el Coro- interpretaron un
programa integralmente dedicado a Mozart , en los
250 años de su nacimiento. Para esta cita mozartiana
convocaron a un cuarteto de cuerdas, integrado por los
violinistas Clara Kruk –joven interprete que está
cada día más fantástica, con un sonido rico, acertado
enfoque estilístico y una impecable afinación-, y el
joven Matías Craciun ; el violonchelista
Rodrigo Riera y el contrabajista Roberto De
Bellis . Los cuatro intérpretes de cuerdas tuvieron a
lo largo de todo el concierto una actuación descollante
y una compenetración con la música eclesial que no es
habitual. Las Sonatas da Chiesa fueron
servidas con seguridad, bella sonoridad y profunda
convicción religiosa, tanto en las cuerdas como en el
órgano por las tres solistas. Abrieron y cerraron
el programa, las organistas Pietrafesa y
García Banegas a cuatro manos, en la
Fantasía en fa menor K.608 al principio y
en la Fantasía en fa menor K.594 al final.
En una y otra, el encuentro de estas dos mujeres de la
música fue conmovedor y con resultados sobresalientes. A
mitad de camino, recrearon la Fuga K.401 ,
donde con clara digitación obtuvieron un logro mayor.
Ambas encuentran en el órgano un espacio común de
desarrollo y una forma de hacer música que les es afín.
María Lourdes Repetto por su lado, ejecutó con
buen tino y aterciopelado sonido la Overtura
K.399 . Un Mozart de iglesia que
valió la pena escuchar. LA FILARMÓNICA ABRIÓ SU CICLO CON UN
AGRADABLE CHOPIN (8 de mayo de 2006. Teatro
Solís) El primer concierto de la
Temporada Principal 2006 de la Orquesta Filarmónica
de Montevideo tuvo como principal protagonista al
pianista polaco Raphael Alexandre Lustchevsky
interpretando el Concierto Nº 1
Op.11 de Chopin . El solista
visitante hizo una versión melancólica e intimista de la
obra, en la más pura tradición polaca. Es un concierto
que no exige una orquesta de rico entramado sonoro si no
por el contrario de una insinuante atmósfera romántica
que deje al piano explayarse con tranquilidad en el
hermoso fraseo melódico de Chopin . En este
sentido el solista tuvo un alto desempeño desgranando un
acertado instinto pianístico y una claridad de
ejecución. El público premió con largos aplausos al
solista quien dejó de regalo un nocturno y una polonesa.
En la primera parte, la orquesta municipal con
su titular en el podio recreó la Obertura de “Les
unes et les autres” de Carlos Estrada ,
una obra de marcado acento impresionista y la
Sinfonía Nº 39 en Mi bemol Mayor K 543 de
Mozart en una versión que, en mi opinión, estuvo
absolutamente alejada del estilo mozartiano. Careció del
encanto, la limpidez y el brillo que le son propios al
compositor.